Bufones de Pría
Bufones de Llames. Desde la aldea de Llames de Pría tomamos el camino asfaltado que lleva hasta la playa de Guadamía, una playa prácticamente fluvial. Desde ella se toma un sendero hacia la derecha que nos conduce a un extenso campo de bufones y a una magnífica panorámica de la costa oriental de Asturias.
¿Qué son los bufones?
Este fenómeno despliega toda su fuerza cuando el Cantábrico está bravío. La combinación de la pleamar con marejada es la mejor de las opciones para ver los bufones en todo su esplendor. En estas ocasiones, sin embargo, hemos de mostrarnos nada temerarios y muy respetuosos, observando el espectáculo a una prudente distancia. El peligro es real si nos acercamos demasiado, ya que la fuerza del chorro puede arrastrar a un hombre.
Si la mar está en calma, los respiraderos se limitan a expulsar aire, pero en los días de fuerte marejada los bufones se transforman en un espectáculo que produce admiración y temor. Los hondos quejidos del Bramadoriu, como se denominan localmente, se dejan oír a kilómetros de distancia. Un estruendo natural que tradicionalmente se ha utilizado como indicador metereológico: «Cuando sientas sonar el pozo Pría, coge leña para otro día».
La imagen única de estos surtidores sólo puede disfrutarse en zonas bien localizadas del litoral de Llanes. En estos lugares de la rasa costera se dan unas características geológicas poco corrientes. La formación de los bufones se basa en la disgregación de la roca caliza, su disolución en contacto con el agua de lluvia que penetra por pequeñas fracturas hasta el nivel del mar. La acción erosiva del oleaje favorece el agrandamiento de estas cavidades originales. Con el paso del tiempo llega a formarse una cueva en comunicación con el conducto vertical. Las olas hacen que el aire o el agua que se acumula en la cueva se compriman y salgan a gran presión al exterior.